por Zinedine Foucault Lefebre.Salió mal. O sea bien para el secuestrado pero mal para mí y los que piensan como yo.
El tal Bergara hubiese sido un martir interesante para nuestra causa d potenciar la paranoia ( estadío previo a la psicosis).
Con esa carucha de bajista de Motley Crue o tecladista de Scorpions hubiese sido oh la la danette un fiambre sabrosón para q avancemos los partidarios de la mano dura.
Yo tenía fe q con todo el agite mediático los captores hubiésense perseguidos y le hubieran clavado unos chumbazos.
Dice la progresía (ese cancer) q había elementos de la policía de la provincia d Bs As en el meollo.
Q mal pensada es la gente sacrebleu!!!
Q verga lo de Bergara, egalement, El Tropezón n'existe pas , así q no es caída
Vive la france de mon grand père Lefebre!
Cuídense mucho, no salgan, el enemigo asecha
1 comentario:
El mal es, ante todo, en tanto concepto, un concepto abstracto. La idea del mal, así como la del bien, es un universal; es, por lo tanto, una construcción psíquica. ¿A partir de qué formas psíquicas elementales se construye la idea del mal? Si pensamos, siguiendo a Freud, que el aparato psíquico se construye a partir del principio del placer-displacer, el primer antecedente de lo que luego será “el mal”, es todo aquello que generaría displacer, de lo que en principio el sujeto tratará de huir: ante todo, de los instintos (presuponiendo un bebé protegido, en general, de estímulos externos perturbadores más allá de los normales). El intento de fuga se hará primero a través de actos de descarga por vía de la modificación interna; establecido el yo de placer purificado, por vía de la proyección al exterior (ya se supone la existencia de un yo real primitivo) de lo displacentero para terminar asumiéndolo, desde el yo real definitivo, como algo a ser modificado por medio de la acción específica.Antes que “el mal” y ya con la aparición del lenguaje verbal, aparece lo que es “malo”, no como sustantivo abstracto sino como adjetivo de todo lo que nos provoca displacer: “vos sos malo porque no me das lo que quiero”, es “mala” la mesa con la que me golpeé. El adjetivo como tal es ya una abstracción pero no considerada en sí misma sino referida a un objeto en particular
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